Khipuy 2022
Ichu torcido y recubierto con lanas
1.2 m x 9 m x 0.4 m
Mauka - Palacio Nazarenas Belmond
Khipuy es una pieza creada en colaboración con las tejedoras de la comunidad de Kacllaraccay, en Maras, Cusco, durante el año 2020.
La palabra Khipuy significa anudar en quechua, y fue elegida como título porque proyecta la idea de un organismo vivo que guarda una memoria del territorio y saberes colectivos que se necesitan seguir transmitiendo.
Concebida con una naturaleza versátil y dinámica, la pieza se materializó en 1,200 metros de ichu trenzado (q’eswa), transformado en soga y luego forrado con lanas de oveja y alpaca —algunas teñidas con tintes botánicos locales— para dar vida a 35 cuerdas madres. Su primer emplazamiento fue en el MALI, en octubre del 2020, instalándose en el patio de recepción como una gran circunferencia: símbolo de inicio y gesto de bienvenida a la primera muestra arqueológica de khipus en Lima.
Dos años más tarde, en Mauka, la obra se presentó en una nueva configuración del verbo: dos vectores horizontales que se entrelazan hasta encontrarse en el centro, formando un vacío, un espacio. Una evocación de la dualidad complementaria (yanantin) que, en su unión, abre camino.
Colaboradores: Francisca Mamani, Gregoria Quillahuamán, Ceferina Enríquez, Elva Enríquez, Ceferina Ataú, Faustino Quispe, Santiago Pilco, Eduardo Yucra, Gabino Solama, Mater Iniciativa y Chazz Design Studio.
Khipuy is a piece created in collaboration with the weavers of the Kacllaraccay community in Maras, Cusco, in 2020.
The word Khipuy means “to knot” in Quechua, and was chosen as a title because it projects the idea of a living organism that preserves the memory of the territory and collective knowledge that must continue to be passed on.
Conceived with a versatile and dynamic nature, the piece was materialized in 1,200 meters of braided ichu (q’eswa), transformed into rope and later wrapped with sheep and alpaca wool—some dyed with local botanical pigments—giving life to 35 mother cords. Its first installation took place at MALI (Museo de Arte de Lima) in October 2020, in the reception courtyard, arranged as a large circle: a symbol of beginning and a gesture of welcome to the first archaeological exhibition of khipus in Lima.
Two years later, at Mauka, the work was presented in a new configuration of the verb: two horizontal vectors interwoven until meeting at the center, forming a void, a space. An evocation of complementary duality (yanantin), which in its union opens a path.
