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Surcosonante, 2019

Surcosonante es un proyecto/documental que propone una lectura del reconocimiento sensorial de nuestros cuerpos colectivos a través de los flujos de agua subterráneos de la ciudad, específicamente en el canal de Surco. Una apuesta por descubrir, reconocer y sacar a flote el tejido hídrico que hemos negado y escondido, e indagar en las experiencias estéticas que suscitan el acercamiento al agua desde otras perspectivas sensoriales.

 

El ciclo del agua es infinito, es origen, alimento y destino. La evaporación de los océanos se convierte en nubes, precipitaciones, glaciares, nieve, lagunas, escorrentías, ríos acuíferos e infiltraciones, que finalmente vuelven a unirse con el mar. El agua que recibe el río Rímac (Lima) se origina a 5 000 metros de altura en la región de Junín. Es allí donde los dispensadores hídricos, naturales y artificiales se extienden por toda la región atravesando 40 kilómetros de canales y conductos subterráneos hasta llegar al río Mantaro. Allí se inicia el desvío para la ciudad, atravesando la Cordillera de los Andes hasta la cuenca de Santa Eulalia, que luego se introduce en la represa de Purucmayo y finalmente llega a la Atarjea de Sedapal. Esta reserva un millón y medio de metros cúbicos de agua que ingresan a una planta de tratamiento para convertirse en agua potable y viajar por la red de alcantarillado abasteciendo a un porcentaje de sus ciudadanos. Luego de ser utilizada, regresa a las alcantarillas por la ruta residual. (Alvarado et 2017). 

 

La demanda demográfica ha sobrepasado la capacidad de abastecimiento de agua en la ciudad, más de 700 mil limeños no tienen acceso a agua potable a través de las redes de alcantarillado. El crecimiento de la ciudad no ha considerado las rutas del agua pre existentes en el territorio, por el contrario, los flujos han quedado enterrados y la periferia sin acceso al agua.  Los canales de riego Surco y Huatica, son los únicos canales que aún continúan en funcionamiento y con ellos se riegan 711 parques de Lima. El 75% del recorrido del canal de Surco sucede de manera subterránea (Lizarzaburu 2018). No vemos el agua, sabemos que está porque la usamos, pero no conocemos su recorrido, sus sonidos, ni la vida que alberga. ​ ​ ​ ​ ​ ​ ​ ​ ​ ​ ​ ​ ​ ​ ​ 

 

Los canales de regadío fueron utilizados para domesticar plantas y animales, y para construir templos como la huaca de Armantambo en Chorrillos, y Las Salinas en el Agustino. Es a través de ellos que el desierto de Lima pudo convertirse en un valle (ANA 2016). Según los estudios realizados por Gilda Cogorno, los canales de riego en Lima pertenecen al periodo Ychsma situado entre los años (1100 d.C - 1470 d.C). El emplazamiento de los españoles en el valle Rímac está directamente relacionado con la abundancia hídrica en el territorio, que es el resultado de un desarrollo tecnológico con más de 2000 años de antigüedad. Con el crecimiento de la población aumentó la demanda del agua, lo que rápidamente trajo nuevos conflictos, los mismos que se expresaron en disputas de poder entre autoridades, creando escenarios de desigualdad y escasez en la periferia. En el periodo de República, se canalizaron las redes de acequias y desagües con un sistema de alcantarillado, a partir del 1950, tanto los ríos como las redes de canales empezaron a congestionarse y contaminarse más y más.

 

 Hoy los canales de Surco y Huatica permanecen en funcionamiento bajo la administración de la Comisión de Regantes Surco y Huatica, quienes se encargan de la distribución de agua para las municipalidades, personas naturales y agricultores. Las redes de canales en Lima, como infraestructura hidráulica, internalizan las relaciones de poder y conflicto que han variado a lo largo de los años respondiendo a procesos de urbanización, crecimiento demográfico, migración, políticas de saneamiento y las necesidades de usuarios, tanto para la producción agrícola como para la gestión de riego de áreas verdes. ​

 

Surcosonante es un proyecto que propone la escucha como una metodología de acercamiento sensorial hacia los flujos del canal de Surco. Es una apuesta por explorar nuevos modos de habitar y de relacionarnos con el territorio y un esfuerzo por escuchar la resonancia de nuestros cuerpos en relación a los cuerpos de agua ocultos. La acción de escuchar en contraposición a tapar y olvidar, es un ejercicio que propone reconocer y redescubrir su condición vital. Al escuchar el pulso del agua transitamos entre el afuera y el adentro, es reconocer nuestro cuerpo como una membrana permeable, donde los flujos externos entran en dialogo con los flujos internos. Es la investigación a través del hacer y del estar, la experimentación consciente del espacio y la escucha del presente sonoro; el conocimiento corporizado que surge de las prácticas, y necesariamente de las experiencias sensibles. (Niemanis 2017) ​ Junto a Josué Arispe, artista audiovisual, y dos grupos de vecinos en los extremos del canal, en el Asentamiento Humano Víctor Raúl en Chorrillos y en el parque Amaru Yupanqui en Santa Anita, desarrollamos este proyecto entre mayo y septiembre del 2019. Josué y yo les propusimos formar parte de un documental que buscaba hacer sonar al canal de Surco desde las profundidades de sus aguas y las voces de los vecinos.

 

En el camino fuimos encontrando interesados e interesadas en participar y con ellos empezamos a hacer talleres y entrevistas. Invitamos a ancianos(as), adultos(as) y niños(as)  a escuchar, dibujar y escribir las aguas del canal. Estos ejercicios abrieron espacios de diálogo, entre distintas generaciones, sobre las percepciones y memorias colectivas que alberga la figura del agua en ambos barrios. La escucha de las profundidades del río - que pasaba frente a sus casas - trajo memorias húmedas de los baños y veranos en esas aguas limpias, recordaron los peces de colores que se podían ver desde la superficie y los sembríos y cultivos que nacían de allí. Algunos incluso recordaban otros ríos otras aguas por las cuales habían transitado antes de llegar a la capital. Se activaron diálogos de agua que trascendían la imagen contaminada del canal y llegaban a los oídos de los más pequeños que no habían conocido esos paisajes. ​ ​


Las moléculas de agua se presentan a través de diferentes estados en distintas formas y temperaturas, son libres y versátiles. Esta capacidad es trasladada a la metodología de Surcosonante. La naturaleza de cada encuentro definía el siguiente acercamiento, un ejercicio de escucha constante  y adaptabilidad en la incertidumbre. Es importante mencionar que se trata de un proyecto autogestionado y de consensos colectivos. A modo de cierre tuvimos una tarde de cine en el barrio de Chorrillos. Presentamos el documental Surcosonante y la animación “El viaje de Esperanza” con todos los vecinos que formaron parte del proceso. En conjunto, decidimos subir ambos videos a Youtube para que estuviesen al alcance de todos. ​ ​
 

Surcosonante is a project/documentary that proposes a sensory recognition of our collective bodies through the underground water flows of the city, specifically in the Surco canal. It is an effort to discover, acknowledge, and bring to the surface the hydrological fabric we have denied and hidden, while inquiring into the aesthetic experiences that arise from approaching water through other sensory perspectives.

The water cycle is infinite—it is origin, sustenance, and destiny. The evaporation of the oceans becomes clouds, precipitation, glaciers, snow, lagoons, runoff, aquifer rivers, and infiltrations, which eventually reunite with the sea. The water that feeds the Rímac River (Lima) originates 5,000 meters above sea level in the region of Junín. There, natural and artificial water sources extend across the region, running through 40 kilometers of canals and underground conduits until reaching the Mantaro River. From there, water is diverted to the city, crossing the Andes Mountains to the Santa Eulalia basin, entering the Purucmayo reservoir, and finally arriving at Sedapal’s Atarjea plant. This facility stores one and a half million cubic meters of water, which then undergoes treatment to become potable and circulate through the city’s pipeline network, supplying only a portion of its citizens. After use, it returns through the sewer system along the residual route (Alvarado et al. 2017).

Demographic demand has surpassed the city’s water supply capacity—more than 700,000 residents of Lima do not have access to potable water through the pipeline system. The city’s growth has ignored the pre-existing water routes in the territory; instead, water flows have been buried, leaving the periphery without access. The Surco and Huatica irrigation canals are the only ones still in operation today, watering 711 parks across Lima. Seventy-five percent of the Surco canal’s course runs underground (Lizarzaburu 2018). We do not see the water—we know it exists because we use it—but we do not know its route, its sounds, or the life it shelters.

Irrigation canals were used to domesticate plants and animals and to build temples such as the Armantambo huaca in Chorrillos and Las Salinas in El Agustino. It was through them that Lima’s desert became a valley (ANA 2016). According to research by Gilda Cogorno, Lima’s irrigation canals date back to the Ychsma period (1100–1470 AD). The Spanish settlement in the Rímac Valley was directly linked to the abundance of water in the territory—a result of technological development over 2,000 years old. As the population grew, so did the demand for water, which quickly brought new conflicts, expressed in power struggles between authorities, creating scenarios of inequality and scarcity in the periphery. During the Republican period, irrigation and drainage networks were channeled into a sewer system. From the 1950s onward, both rivers and canals became increasingly congested and polluted.

Today, the Surco and Huatica canals remain operational under the administration of the Surco and Huatica Irrigators Commission, which manages the distribution of water for municipalities, private individuals, and farmers. The canal networks in Lima, as hydraulic infrastructure, internalize relations of power and conflict that have shifted over the years, shaped by urbanization processes, demographic growth, migration, sanitation policies, and the needs of users—both for agriculture and green space management.

Surcosonante proposes listening as a methodology for sensory engagement with the flows of the Surco canal. It is an effort to explore new ways of inhabiting and relating to the territory, and a call to listen to the resonance of our bodies in relation to hidden bodies of water. Listening, as opposed to covering and forgetting, becomes an exercise in recognizing and rediscovering water’s vital condition. By listening to its pulse, we move between the outside and the inside, recognizing our bodies as permeable membranes where external flows dialogue with internal ones. It is research-through-making and through-being—an embodied knowledge arising from practices and necessarily from sensory experience (Niemanis 2017).

Together with audiovisual artist Josué Arispe and two groups of neighbors at either end of the canal—in the Víctor Raúl settlement in Chorrillos and in Amaru Yupanqui Park in Santa Anita—we developed the project between May and September 2019. Josué and I invited them to take part in a documentary that sought to make the Surco canal resound, both through the depths of its waters and the voices of its communities.

Along the way, we found participants interested in joining, and with them we began holding workshops and interviews. We invited elders, adults, and children to listen to, draw, and write about the waters of the canal. These exercises opened intergenerational dialogues on perceptions and collective memories tied to water in both neighborhoods. Listening to the depths of the river—which ran past their homes—brought back damp memories of bathing and summers in its once-clean waters. They remembered the colorful fish visible from the surface, and the crops that thrived there. Some even recalled other rivers, other waters they had known before migrating to the capital. Water dialogues were activated that transcended the contaminated image of the canal and reached the ears of the youngest, who had never known those landscapes.

Water molecules appear in different states, forms, and temperatures; they are free and versatile. This quality was transferred into the methodology of Surcosonante. The nature of each encounter defined the next approach—a constant exercise in listening and adaptability within uncertainty. It is important to note that this was a self-managed project, built through collective consensus.

As a closing activity, we held a community cinema afternoon in the Chorrillos neighborhood. We presented the Surcosonante documentary and the animation El viaje de Esperanza with all the neighbors who had taken part in the process. Together, we decided to upload both videos to YouTube to make them accessible to everyone.

Bibliografía

 

Alvarado 2017​

​“El camino del agua hacia Lima . Agua en un desierto llamado Lima. Especialidad de Periodismo de la PUCP. Consulta: 18 de Marzo de 2020. http://aguaenundesierto.somosperiodismo.com/camino-del-agua-haci a-lima/ 

 

Perrault, Tom 2017 "La memoria del agua: contaminación minera, memoria colectiva y justicia hídrica". A contracorriente: agua y conflicto en América Latina. Quito: Abya -Yala, pp. 93 - 118. ​ 

 

Ziegler, Gloria y Morales, Mirelis 

2020 “Lima lucha contra el coronaviruscon aguas turbias". Ojo Público. https://ojo-publico.com/especiales/lima-lucha-contra-coronavirus-con-agua-turbia/ ​ 

 

​ Lizarzaburu 2018 “Canales Surco y Huatica. 2000 años regando vida” Lima: Limaq publishing 


 

Ana Rímac: Historia del río hablador. Lima: ANA ​ 

2016 

 

COGORNO, Gilda y CHACALTANA, Sofia 

2018 ​ ​ ​ ​ “Arqueología hidráulica prehispánica del valle bajo del rímac (Lima, Perú) Estudio de un sistema de riego costeño” Lima: Instituto Riva-Agüero, Pontificia Universidad Católica del Perú ​

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