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Flujos como cuerpos como nudos, 2022

"Libre de ataduras y abrazada a la materialidad que ella busca reconocer en sus diversas manifestaciones, Alejandra Ortiz de Zevallos indaga sin prejuicios, en el vasto terreno de los encuentros contingentes y en el repliegue y silencio que le concede el taller. Su proceso artístico es el producto vital de una retroalimentación en la que estéticas y sensibilidades se desplazan de sus habituales posiciones y contribuyen a hacer flexibles las fronteras entre campos de conocimiento, de modo que las definiciones estrictas quedan en suspenso para que aparezca un mundo en flujo.

 

Con la mirada puesta en la acción colectiva, pero con total convicción de la necesidad de investigar en las dinámicas de la materia, Alejandra responde con empatía al crecimiento natural, y también observa agudamente la acumulación desordenada de signo artificial, de las que ha surgido un nuevo paisaje que ella recorre para cartografiar. La topografía se traduce también a territorios sugeridos que interviene para fotografiar, y ampliar. Atrapa miradas con las cambiantes retículas compuestas por trama y urdimbre, transformadas por una gestualidad a nivel micro que rechaza la uniformidad de los patrones textiles de las gasas. En franco reconocimiento del plástico como desecho, la artista traslada su práctica estética contemporánea a un plano de acción en el que puede dignificar lo inservible.. El tejido no se completa pero su inacabamiento no se detecta porque siempre se puede retomar lo avanzado y seguir tejiendo más, para desencadenar un nuevo flujo de nudos.

 

Un ombligo humano es huella en la carne de algo que fue como un nudo. Como marca de fábrica de cada cuerpo y memoria de origen, es la afirmación de lo psicobiológico por sobre lo social. Pero en la dinámica diaria de flujo de personas en comunidades, los cuerpos interactúan y sociabilizan, y se inventan nuevas formas de estar juntos para recuperar algo que sienten que se ha perdido por el aislamiento obligado durante la pandemia. No se puede pensar en las prácticas estéticas contemporáneas sin considerar a cabalidad sus conexiones, extensiones y retroalimentaciones. Alejandra Ortiz de Zevallos lo vive y lo imagina en un loop que no corre riesgo de agotarse”.

Jorge Villacorta Chávez, marzo de 2021.

“Free of constraints and embraced by the materiality she seeks to recognize in its diverse manifestations, Alejandra Ortiz de Zevallos inquires without prejudice into the vast terrain of contingent encounters and into the withdrawal and silence that the studio grants her. Her artistic process is the vital product of a feedback loop in which aesthetics and sensibilities shift from their usual positions and help make the boundaries between fields of knowledge more flexible, so that strict definitions are suspended, allowing a world in flux to appear.

 

With her gaze set on collective action, but with full conviction in the need to investigate the dynamics of matter, Alejandra responds with empathy to natural growth, while also sharply observing the disordered accumulation of artificial signs, from which a new landscape emerges—one she traverses to map. This topography is also translated into suggested territories that she intervenes in, photographs, and expands. She captures attention through changing grids composed of warp and weft, transformed by micro-level gestures that reject the uniformity of gauze textile patterns. In frank recognition of plastic as waste, the artist transfers her contemporary aesthetic practice to a field of action where the useless can be dignified. Weaving does not end, but its incompleteness is not perceived, because the work can always be resumed, advanced, and continued, unleashing a new flow of knots.

 

A human navel is a scar in the flesh of what once was a knot. As the factory mark of every body and memory of origin, it affirms the psychobiological over the social. Yet in the daily dynamics of community flows, bodies interact and socialize, inventing new ways of being together to recover something they feel was lost through the forced isolation of the pandemic. Contemporary aesthetic practices cannot be thought of without fully considering their connections, extensions, and feedback loops. Alejandra Ortiz de Zevallos lives and imagines this in a loop that carries no risk of exhaustion.”

 

Jorge Villacorta Chávez, March 2021

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